La potencia oriental posee las reservas de cereales más grandes del mundo, y las considera fundamentales para garantizar alimentos a su población. El clima sigue jugando un rol clave en los precios.
El 87% del comercio mundial de maíz está concentrado en cuatro países: EE.UU., Brasil, Ucrania y Argentina. En la imagen, un reciente embarque del cereal en San Lorenzo, en el Gran Rosario. (Foto: Molinos Agro).
El mercado agrícola internacional estuvo regido en la los últimos días por dos factores principales: la incertidumbre sobre la economía china y las condiciones climáticas de Estados Unidos, la Unión Europea y la propia potencia oriental.
Durante varias semanas hemos estado monitoreando la economía de China, ya que los bloqueos de Covid han causado estrés financiero en todo el país. Esto se ha visto agravado por varios otros factores y ahora se encuentra en un punto en el que el gobierno chino ha reducido las tasas de interés para intentar reactivar la economía.
A su vez, esto ha presionado a la moneda china, al mismo tiempo que el dólar estadounidense ha subido. El resultado final de esto es que las materias primas estadounidenses ahora son mucho más caras para un importador chino, incluso con las pérdidas y bajas que hemos visto en el mercado de materias primas.
Esta situación no solo genera preocupaciones sobre las necesidades inmediatas de China, sino también sobre sus futuras importaciones. No está descartado que la demanda china siga siendo lenta hasta que comience la próxima cosecha sudamericana.
Una severa sequía en China fue noticia en la última semana y comenzaron a intensificarse las pesquisas sobre la posibilidad de que la actual situación climática impacte en la demanda del país asiático en soja, granos y cereales en general. La agresiva sequía ha llegado a importantes zonas productoras, especialmente de maíz y arroz.
El clima como factor de descubrimiento de precios
En Estados Unidos todavía hay varias regiones del país que necesitan lluvias para los cultivos de este año, principalmente de soja. Al mismo tiempo, algunas áreas norteamericanas han recibido lluvias excesivas y ahora aumentan las preocupaciones sobre posibles retrasos en la cosecha y problemas de calidad si las lluvias persisten.
Si bien esta situación se limita principalmente al sur de los EE.UU, también se expresan algunas preocupaciones en otras áreas. Si bien aún es lo suficientemente temprano, esto no está causando problemas importantes. Si las lluvias persisten, comenzaremos a ver más reacciones.
El mercado mundial está atento al clima de la Unión Europea, donde también ha comenzado a llover, a pesar de que los países miembro todavía atraviesan una gran sequía. Las lluvias pueden evitar mayores pérdidas de rendimiento, aunque la mayoría de los analistas creen que las lluvias llegaron demasiado tarde para ser un gran beneficio.
La atención del clima mundial ahora también está en China, donde la sequía se está intensificando y probablemente también afecte la producción de cultivos allí.
China emitió su primera alerta nacional de sequía del año mientras las autoridades combaten los incendios forestales y movilizan equipos de especialistas para proteger los cultivos de las temperaturas abrasadoras en la cuenca del río Yangtze.
Evidentemente, el clima sigue siendo uno de los factores clave en los modelos actuales de descubrimiento de precios.
China recurre a Brasil para importar maíz
Entre todas las consecuencias que trajo la invasión de Rusia a Ucrania se han generado nuevas olas y flujos comerciales, especialmente en el sector agrícola.
En respuesta, China mira hacia Brasil en un intento por diversificar sus importaciones de maíz. Según las estadísticas del año pasado, alrededor del 70% proviene de Estados Unidos y el 30% de Ucrania.
El maíz tiene múltiples usos.
China no compra maíz de Sudamérica por cuestiones fitosanitarias y esta decisión parece haber sido un trampolín natural, considerando que China ya compra la mayor parte de la soja de Brasil.
Esto sigue a un acuerdo alcanzado en mayo que garantiza el acceso de Brasil al mercado de granos más grande del mundo en el largo plazo. Beijing suspenderá temporalmente una cláusula clave que allana el camino para que Brasil, el mayor exportador detrás de Estados Unidos, envíe maíz a China en los próximos meses.
Con todo, es importante analizar también que es muy poco probable que Beijing busque reducir las importaciones de maíz de EE.UU.
Para la campaña 2022/23, se proyecta que China importaría 18 Mt de maíz contra 20/25 Mt importadas en los últimos tres años. China importaba cerca de 10 Mt de maíz de Ucrania. El 87% del comercio mundial de maíz está concentrado en cuatro países: EE.UU., Brasil, Ucrania y Argentina.
La posición de China con respecto a las compras de maíz de la nueva campaña 2022/2023 es aún bastante corta contra el año pasado. Al mismo tiempo, el año pasado China ya tenía en su nombre 16 Mt de maíz entre EE. UU. y Ucrania para la nueva cosecha. Este año, China no tiene posiciones en Ucrania y la posición en EE.UU. aún no ha alcanzado las 3 Mt para 2022/23.
La gran pregunta hoy es cuánto comprará China en Brasil, reemplazando así a los EE.UU. y Ucrania. Dependiendo de cuán lento sea este proceso y protocolos de autorización para exportar, China podría comprar en Brasil un pequeño volumen en un comienzo, algo cercano a los 2 Mt, pero otros analistas proyectan más de 10 Mt.
En este momento, China permanece en gran medida ausente del mercado de maíz y podemos analizar dos motivos fundamentales: todavía no tiene arbitraje atractivo contra el maíz importado y los márgenes del sector industrial maicero en China por ahora son negativos.
POR ESTEBAN MOSCARIELLO EJECUTIVO COMERCIAL EN DIAZ RIGANTI CEREALES S.R.L. / CLARIN RURAL